Con motivo del 12 de octubre
¿Codicia insaciable?
¿Ilustres hazañas? (Ramón Menéndez Pidal)
Por: Fabián Núñez Valverde
Quito, 13/10/2016
Por casualidad hoy me he
encontrado con un texto de la gran figura de Ramón Menéndez Pidal que hace
alusión a un tema controvertido muy actual que tiene relación con la conquista
española. En él pone a la mesa las dos ideas opuestas que han estado presentes
entre los historiadores desde la misma época de la conquista -como lo veremos-.
No es de extrañarse que una de estas dos esté tan arraiga hoy día en el
sentimiento latinoamericano como es la visión totalmente negativa por no decir
despectiva hacia la conquista española. En dicho texto que lleva por nombre
¿Codicia insaciable? ¿Ilustre hazañas? Pone de manifiesto su visión acerca de
este hecho tan polemizado.
En la parte inicial presenta la
figura de dos personajes históricos importantes como lo son “el colerilla” -padre
Fray Bartolomé de las Casas- y “el soldado de a pie” –Bernal Díaz de Castillo– epítetos
utilizados por Pidal para ambos escritores de dos historias con visiones
diferentes de la conquista.
Fray Bartolomé es desde el punto
de vista de Pidal un personaje imparcial
que veía con total benevolencia a los indios y con total desprecio y odio a todos
sus paisanos especialmente a Oviedo o
Gómara quizá por un hecho notable como lo fue la concesión de Cumaná y de ahí su desazón hacia
los suyos. Además de esto achaca los elogios por parte de Las Casas hacia los flamencos que en aquel entonces
desangraban a toda España. Su visión imparcial se evidencia en distintas
ocasiones al condenar a los conquistadores
el adoctrinamiento de indios como un sacrilegio por un lado, por otro condenar
la no evangelización por solo enseñarles oficios o condenar las muertes de
indios en las empresas de conquista pero
no condenar el canibalismo indiano. Para Pidal lo más destacable en su figura
es su imputación de codicia desmedida hacia la figura de los conquistadores
españoles sin ver otros motivos paralelos, presenta así “la voz fustigada” como
él dice de Bernal Díaz de Castillo.
Bernal Díaz es para Pidal uno de
los cuatrocientos soldados que acompañó a Cortés en la conquista de México “explorador
de a pie del montón” que es admirable junto a sus compañeros por la entereza de
penetrar en los territorios desconocidos de Montezuma después de la advertencia
que hicieran indios aliados de la fortaleza de su imperio y el número que
superaba con creses al número de conquistadores, Bernal Díaz destaca no solo la
riqueza de la conquista del imperio de Montezuma sino según Pidal el ansia por
conocer algo comparable en belleza y extensión con Venecia o Sevilla. Otro de
los factores que movilizaban las empresas de conquista era la propagación de la
cristiandad y el servicio al rey, pero el que sin duda llama mucho la atención y
que para el autor debe de ser estudiado es el “deseo de gloria” –el heroísmo–.
No resulta tan descabellada tal idea que pone de manifiesto el gérmen de la
literatura grecorromana exaltada y difundida en pleno Renacimiento y Barroco
europeo –la figura del caballero andante–. Es así que Bernal Díaz destaca el
hecho de que ningún capitán romano se atrevió a llevar naves a contracorriente
ni a guerrear con poblaciones tan numerosas como hizo la campaña de Cortés y
sus hombres porque en su mente estaba tal idea desde el más impensable de los
soldados hasta el mismo Cortés alentados por el ideal heroico.
La visión acerca de Cortés no es
tan solo la heroica más adelante en el texto se nos muestra a un Cortés
conciliador, justo y benevolente con el ejemplo la “noche triste de Gonzalo de
Sandoval” donde se muestra los sacrificios de soldados españoles a un dios de la guerra en un pueblo
de Tezcuco tras seis meses de este suceso Cortés llega nuevamente a esta población castiga
a los implicados y perdona a los pobladores hecho, no tan falso resultaría es
suceso debido a la cantidad de adeptos –desertores indígenas– sumados a sus filas ¿sino cómo se explicaría
que un puñado de hombres someta a numerosas tribus? lo que provocará una
especie de guerra civil entre los indígenas.
Entre los cronistas existen
descripciones afines de estas poblaciones a su llegada donde llama la atención hechos
como el canibalismo presente en varias tribus indianas, pobladores alimentados
en jaulas para sacrificios hacia los dioses, inexistencia de animales de carga
o lecheros, inexistencia de candiles para alumbrar en la noche, desconocimiento
del hierro para fabricación de armas y herramientas (fabricadas de pedernal),
desconocimiento del uso de cuerdas entre otros aspectos que hizo sentir a la gran mayoría de estos
conquistadores como civilizadores para ser recordados posteriormente.
Volviendo a la codicia y ambición
desmedidas y únicas en los conquistadores imputada por Fray Bartolomé de las
Casas tras la conquista el destino de dichos conquistadores fue diferente sino
fueron muertos en las mismas tierras que quisieron conquistar la vejez y
pobreza fue la recompensa que recibieron estos oscuros soldados incomparables
según Pidal por sus proezas y hazañas a las hazañas y conquistas romanas en las
Galias.
Esta ha sido la visón de Ramón Menéndez
Pidal en base a la historia de Bernal Díaz del Castillo reseñada y reducida a
varios aspectos que he considerado como importantes de este artículo que nos da
una perspectiva diferente sobre la visión generalizada y poco estudiada de la
gente en cuanto a la conquista española después de todo somos el resultado de
dicho suceso histórico odiar los hechos históricos es
odiarnos a nosotros mismos.
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